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Cada correo electrónico que enviamos realiza un viaje complejo: pasa por servidores, pasarelas y redes intermedias hasta llegar al buzón del destinatario. Durante ese trayecto, los datos pueden ser interceptados o manipulados si no están protegidos adecuadamente.
Para evitarlo, el correo electrónico moderno se apoya en tres pilares de seguridad: TLS, que cifra la conexión; DANE, que valida la autenticidad del cifrado; y PGP, que protege el contenido extremo a extremo. Juntos, forman la base técnica que permite que el correo electrónico siga siendo un canal seguro y fiable.
El problema original del email
El correo electrónico nació en los años 70 como un sistema abierto y confiado. Los mensajes se enviaban en texto plano y cualquiera que interceptara la conexión podía leer su contenido. A diferencia de los sistemas de mensajería actuales, SMTP —el protocolo base del email— no incluía cifrado ni autenticación.
Esto lo convertía en un canal vulnerable: interceptar, modificar o falsificar correos era trivial. De ahí surgió la necesidad de aplicar mecanismos criptográficos para proteger las comunicaciones, migrando la seguridad de la red a la propia aplicación.
TLS: el cifrado en tránsito (el túnel de comunicación)
TLS (Transport Layer Security) es el estándar actual para proteger la conexión entre servidores y clientes de correo. Cuando envías un email, tu servidor negocia una conexión cifrada con el del destinatario, similar a cuando accedes a una web segura con HTTPS.
Si ambos servidores admiten TLS:
- El contenido del mensaje se transmite cifrado durante todo el trayecto.
- Nadie que intercepte el tráfico puede leerlo ni modificarlo sin romper la conexión (ataque man-in-the-middle).
Ejemplo:
S: 220 Ready to start TLS
A partir de ese punto, toda la comunicación SMTP viaja cifrada.
Ventajas:
- Implementación automática y transparente para el usuario.
- Compatible con la mayoría de servidores modernos.
- Evita la lectura o manipulación del mensaje durante el transporte.
Limitaciones:
- Protege solo el transporte, no el contenido en reposo en el servidor.
- Si uno de los servidores no admite TLS, el correo puede viajar sin cifrar (cifrado oportunista).
- Los proveedores aún pueden acceder al texto del mensaje (no es cifrado extremo a extremo).
DANE: la verificación de identidad del servidor
Aunque TLS cifra la comunicación, por sí solo no garantiza que el servidor destino sea legítimo. Un atacante podría interceptar la conexión y forzar que el correo se envíe a un servidor falso con un certificado fraudulento (ataque man-in-the-middle o downgrade attack).
Para verificar la autenticidad del servidor, se creó DANE (DNS-based Authentication of Named Entities). DANE permite que un dominio publique en su DNS —usando DNSSEC— los certificados TLS válidos para su servidor de correo.
Así, los remitentes pueden verificar la identidad del servidor receptor antes de establecer la conexión y garantizar que están cifrando con la entidad correcta.
Ejemplo de registro DANE (TLSA):
_25._tcp.mail.example.com. IN TLSA 3 1 1 <hash_del_certificado>
Ventajas:
- Evita ataques de suplantación y degradación del cifrado en conexiones SMTP.
- Asegura que la sesión TLS se establece con el servidor auténtico.
- Refuerza la confianza en el cifrado en tránsito al añadir una capa de autenticación verificable.
En resumen: TLS cifra la conexión, y DANE confirma que te estás conectando con el destinatario legítimo.
PGP: el cifrado de contenido de extremo a extremo
PGP (Pretty Good Privacy) da un paso fundamental: cifra el propio mensaje, independientemente de la conexión que lo transporte. Este sistema de criptografía asimétrica utiliza un par de claves:
- Clave pública: Se comparte con el mundo y se usa para cifrar mensajes destinados a ese usuario.
- Clave privada: Se mantiene en secreto y se usa para descifrar los mensajes recibidos y firmar los enviados.
Así, solo el destinatario que posee la clave privada correspondiente puede leer el mensaje. Ni los servidores intermedios, ni el proveedor de correo, ni terceros pueden acceder al contenido. PGP también permite firmar digitalmente los mensajes, garantizando la autenticidad del remitente.
Ventajas:
- Máxima confidencialidad: Cifrado extremo a extremo.
- Integridad y autenticidad garantizadas mediante firmas digitales.
- Seguridad no dependiente de los servidores de terceros.
Limitaciones:
- Complejo de configurar y mantener para el usuario medio.
- Requiere el intercambio previo y seguro de claves públicas.
PGP se usa en entornos donde la confidencialidad absoluta es la máxima prioridad (periodismo de investigación, abogados con información privilegiada, etc.).
Cifrado vs. Trazabilidad: El papel de los servicios de confianza
PGP y TLS/DANE se centran en la confidencialidad (ocultar el contenido). Sin embargo, en los servicios de email certificado, el objetivo primordial es garantizar la integridad y la trazabilidad con fines probatorios.
El correo certificado debe poder auditarse y verificarse en caso de litigio, lo que exige que su contenido, aunque cifrado en tránsito y almacenamiento, permanezca verificable legalmente.
Por eso, en eEvidence aplicamos cifrado en tránsito (TLS) y en almacenamiento para proteger la información. Además, aplicamos sellado de tiempo, hash y firma digital sobre el contenido y las evidencias.
De esta forma, se crea una cadena de confianza que preserva la confidencialidad frente a terceros sin comprometer la función probatoria del correo, asegurando que el contenido original es inalterable y verificable en un proceso legal.
Preguntas frecuentes (FAQ)
¿TLS cifra el contenido del correo?
TLS cifra el canal de comunicación (el túnel). El mensaje en sí sigue estando en texto plano en los servidores, pero viaja por un medio seguro. El cifrado del contenido requiere PGP.
¿Qué aporta DANE respecto a TLS?
DANE valida que el certificado TLS del servidor receptor es auténtico, confirmando la identidad del destinatario y evitando ataques de suplantación o degradación del cifrado.
¿El email certificado de eEvidence cifra los mensajes?
Sí. Los correos viajan cifrados mediante TLS y las evidencias (el mensaje sellado) se cifran y firman digitalmente en nuestro almacenamiento seguro. Esto garantiza su integridad y que las pruebas son verificables.
Conclusión
El correo electrónico moderno se protege mediante una arquitectura de capas: TLS asegura el transporte; DANE garantiza la autenticidad del canal; y PGP protege el contenido. Juntos, proporcionan un marco sólido de protección técnica y confianza digital.
Con soluciones como el email certificado de eEvidence, las empresas integran estas capas de seguridad con las exigencias legales. Garantizan no solo la confidencialidad en el envío, sino también la prueba verificable de su contenido, envío y entrega, logrando el equilibrio perfecto entre seguridad técnica y validez legal.
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